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Dejemos de hablar de migrantes
11 de abril de 2014
Las muertes en la valla de Ceuta y las imágenes de los últimos saltos en Melilla han despertado el interés social por lo que pasa al otro lado de las fronteras españolas. Han sido el click necesario para volver a hablar de violaciones de derechos humanos, de violencia desmedida y de las recién llamadas "devoluciones en caliente", un eufemismo más para referirnos a las devoluciones ilegales que se producen desde hace 12 años. Pero las imágenes de centenares de migrantes intentando llegar a Europa, encaramados en las alambradas, también han servido para respaldar un discurso de odio, cargado de "avalancha" e "invasión", que se ha infiltrado en informativos, periódicos y discursos oficiales.
Ha sido tan sutil y constante que ha conseguido volverse natural, asimilable. El resultado es un obstáculo más en el combate contra este tipo de construcciones, que no son nuevas, pero siguen reforzándose. Y de eso va Remapping Europe, la 16 edición del Festival Zemos98: 40 periodistas, expertos y activistas buscando fórmulas para eliminar la "amenaza" y reconstruir la representación que habitualmente reflejan los medios de comunicación de la (in)migración, abarcándola desde la perspectiva de la ciudadanía, de personas con derechos y deberes. "Tenemos que salir de esas zonas donde nos sentimos cómodos y encontrarnos con la realidad de otros. Es ahí donde podremos empezar a construir", decía ayer Rubén Díaz en la presentación del taller. Acabemos con la deshumanización. Eliminemos el "ellos" y hablemos del "nosotros". Dejemos de hablar de migrantes, hablemos de ciudadanos.
La primera jornada Remapping Europe fue 'Hackeando el velo', donde el velo representa los muros físicos y psicológicos que hemos levantado en torno a la inmigración y que no nos permite ver a la persona, a la que terminamos considerando un objeto. Organizados en grupos, creamos campañas para reflexionar sobre cómo se construyen las imágenes de los migrantes en los medios de comunicación (tradicionales y alternativos), desde las instituciones y desde el propio activismo.
"El control está fuera de control"
"Las imágenes a veces ocultan, no muestran", dijo Abu Ali (Toni Serra) durante la presentación de su Código Fuente Audiovisual, la charla que impartió por la tarde en el Teatro Central. "La imagen que estos días vemos de la valla (las de las cámaras de la Guardia Civil) es la imagen publicitaria del control, donde no los salen heridos, ni los palos, ni las personas que son devueltas ilegalmente". Las fronteras de hoy son mucho más complejas y no crecen solo hacia fuera, con la ‘subcontratación’ de países africanos para que nadie llegue a Europa, también avanzan hacia el interior. "Ya no son muros medievales. Se expanden con mecanismos de control que se crean en nuestras ciudades y países, como los CIE (centro de internamiento de inmigrantes), las redadas a migrantes o las restricciones en el sistema sanitario. Son fronteras que están dentro de nosotros". Más vallas, al fin y al cabo.
El discurso de la seguridad y el control de las migraciones, que tiene como cabeza visible al FRONTEX (Agencia Europea para la Gestión de las Fronteras Exteriores) termina siendo un saco en el que entran migrantes, narcotraficantes y terroristas. "Ese discurso beneficia a grandes corporaciones dedicadas el negocio de la seguridad y al Estado que realiza las ilegalidades que él mismo ha definido como ilegales. El control está fuera de control. Están creando agujeros negros, zonas siniestras donde las muertes y heridos son cosas normales", recordaba Toni Serra, que entiende la migración como un flujo de conocimiento y no como una cuestión económica o humanitaria. "Dependiendo del camino que tomemos en materia migratoria, despertaremos en una sociedad u otra".
Durante las proyecciones de Toni Serra, los ejemplos de racismo y xenofobia se entremezclaban con la llamada de Mactar Thiam, senegalés, a generar un intercambio real de información, de experiencias y realidades. “Vemos muchas imágenes de Europa en África pero ni una sola de la gente trabajando. Vemos calles muy limpias, mujeres guapas y hombres de chaqueta que pagan con tarjeta de crédito, pero ¿trabajan? ¿de qué trabajan? Es importante comunicar las realidades entre las dos sociedades”. Entre otras cosas, para poder divulgar un retrato real del idealizado sueño europeo. "Se ha hecho mucha documentación sobre la vida de los migrantes en España, cómo llegan en patera o como mueren en el mar. Aquí lo sabe todo el mundo. La sobreinformación ha generado indiferencia, da igual que hayan muerto 50. Pero eso no se ve en Mali o Senegal, no sabemos nada de esos chicos muertos, ni de cómo es la vida de los migrantes", recordaba Thiam, que reclamaba también un cambio en la forma de mirar al sur. " El mundo occidental siempre nos mira a los africanos como niños pequeños. Hay un sentimiento de paternalismo tan fuerte que piensan que no somos responsables de nada (…) Mi abuelo me dijo que los blancos nos han engañado diciéndonos que somos pobres". Una forma más de colonizar: "la colonización de la palabra".
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